En el sector consumo y retail aún persisten numerosos procesos denominados de soporte o de back office que están sustentados por tareas intensivas, rutinarias, manuales y de comprobación, todas ellas sujetas al error humano. Las empresas están orientadas a ganar competitividad apoyando su crecimiento (orgánico, inorgánico, internacionalización,…) y defendiendo su margen. En este entorno la mejora de la productividad de los recursos empleados constituirá un factor clave de subsistencia. La automatización de procesos (robots) resulta una realidad esperada.
En funciones de back office, por ejemplo, nos estamos refiriendo a tareas intensivas en recursos humanos (pedidos, corrección de facturas, imputaciones de cobros y pagos, tesorería, conciliaciones, reporting, etc..). No obstante, en algunas otras áreas funcionales (comercial, fiscal, jurídico, recursos humanos, …) también se desempeñan actividades que igualmente aplican las reglas anteriormente mencionadas y que tratan información naturaleza confidencial o sensible que también pueden ser objeto de automatización y de gestión documental digitalizada. En los anteriores ejemplos, la automatización aporta ventajas operativas reduciendo el coste por actividad; se evitan errores; y se pueden realizar en horarios 7×24.
Paralelamente, con este cambio tecnológico se están incorporando en los organigramas de las organizaciones nuevos empleos y especializaciones profesionales. Por una parte, los empleados deben ser conscientes que la automatización es una realidad y, por su parte, las empresas precisarán facilitar el reciclaje profesional ofreciendo oportunidades en materia de formación y apoyar la recolocación de empleados (interna o externa).
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